lunes, 30 de noviembre de 2015

ACCESORIOS

















IMÁGENES CON TENDENCIA DE LA MODA ACTUAL











MODA ACTUAL 2016

Impecable como siempre la propuesta de moda primavera verano 2016 de la reconocida marca argentina lo tiene todo para armar looks llenos de tendencias para el día y la noche. Casual bohemio y chic, el estilo de rapsodia impregna cada una de las prendas que componen una colección encantadora y sin desperdicios.

Los vestidos del verano 2016 de la firma como siempre se destacan por sus delicados detalles bordados, en todos los largos se asoman como las opciones preferidas para resolver el look en un solo paso. Las chaquetas y sacos esta temporada aparte de piedras y bordados, suman flecos que a esta altura ya sabemos son un recurso repetido en numerosas colecciones locales. Tops y blusas absolutamente femeninas se combinan con leggings, jeans, shorts de tiro alto, faldas en todos los largos o pantalones estampados, la propuesta es amplia y las posibilidades son muchas. Como de costumbre Rapsodia marca tendencia de moda con su estilo característico que esta primavera verano 2016 resulta una de las inspiraciones de temporada. He aquí las imágenes de una de las colecciones imperdibles que forman parte de la moda primavera verano 2016 en Argentina.


Moda de los 90

La moda en los años 90 no estuvo caracterizada por un estilo específico, sino que más bien se definió como un impulso de las personas por marcar su individualidad a través de la ropa. A esto se sumaría el aporte de algunas tendencias musicales. 

Lo que sí está claro, es que en estos años se relajó la atmósfera ochentera, típicamente fastuosa y exuberante, para dar paso a la simplicidad y a la comodidad. Es así que el prét-a-porter adquiere relevancia para la mujer. 

En líneas generales, se destacan como usuales los pantalones de tiro bajo, los escotes prominentes y el jean que no pierde la presencia que tenía en los ochenta, sino que por el contrario, llega para quedarse; los desteñidos y rotos eran “plaga”. 
Descripción: Aquellos años 90
Por su parte, las remeras cortas hasta el ombligo, resultaron ideales para lucir piercings y tatuajes. En cuanto a los accesorios, el uso de carteras y cintos se mantuvo. 

Hay que destacar que la moda de esos años absorbió las influencias de algunos géneros musicales. Se puede advertir que el estilo Grunge, cuyo principal exponente fue Kurt Cobain, del grupo “Nirvana”, se hacía sentir sobre todo en Norteamérica, con pantalones desgastados y camisas a cuadros. El Rap también aportó lo suyo con pantalones y remeras sueltas, además de las características gorras de visera. 


En los 90, la moda se volvió casual. La moda de los 90 se basaba en la variedad y no en una tendencia específica y duradera. La moda de 1990 se trata de ponerse lo que te haga sentir cómodo, sin darle mucha importancia a la opinión de los demás o a las tendencias. aunque suene irónico, si te producías mucho o usabas mucho maquillaje, estabas fuera de moda. Hombres y mujeres preferían el cabello largo y natural, aunque los productos para el cabello, como el spray y el gel, aún eran muy comunes. El pelo largo era algo muy característico en los hombres en los 90. Con respecto a los peinados femeninos, una de las estrellas de los 90 con mayor influencia en este campo fue Jennifer Anniston, uno de los personajes de la serie televisiva “Friends”. 

Los 90 nos ha proporcionado muchos estilos de moda excéntricos. Entre ellos encontramos la ropa color neón Las prendas de colores neón también estaban asociadas con la playa, el surf y la diversión. El secreto sobre esta tendencia en la vestimenta de 1990 estaba en ponerse colores que no combinan. Rosa y celeste, verde y naranja eran las posibles combinaciones que lucían extremadamente modernas. Los jóvenes caminaban por la calle con pantalones anchísimos que mostraban su ropa interior, zapatillas enormes, bandanas y gorras, y generalmente un skateboead y un walkman en la mano. Esta tendencia fue muy popular a principio de los 90 y todavía está de moda. 


MODA DE LOS 80

Son muchos los detalles que nos permiten caracterizar o recordar la moda  de 1980, que recordaba un estilo de vida individual y colectiva, un mundo que a veces nos llena de nostalgia y otras veces de cierta vergüenza pero con muchos toques de risa.


El estilo de los años 80 impactaba por los colores que eran muy variados,  accesorios y sobre todo los peinados. Los trajes más emblemáticos de la década fueron las remeras holgadas y coloridas, frecuentemente estampadas y con grandes hombreras, también los pantalones ajustados, los chalecos, las faldas rectas y minifaldas. 
Se utilizaron mucho los chapitas con logotipos o imágenes alusivas de grupos como Pink Floyd, The Police, B`52, De peche Mode, entre otros, las cuales se llevaban puestas en bolsos, franelas o en unas gorras Vans.
Las mujeres se ponían zapatos de tacón alto y usaban cantidades de pulseras. 

Los peinados abundaban en rulos  y flequillos, el maquillaje era recargado. Los pantalones vaqueros o Jean, también fueron protagonistas debido a que los tratamientos de pre-lavado los hacían lucir decolorados y chic. 
La lencería iba adquiriendo también un lugar importante en la moda.






El estilo Punk influía en los varones con el uso de aros y el género musical New Wave glorificaba los brazaletes de cuero y las tachuelas. 


Algunos de los famosos como Madonna impusieron su estilo con  medias de red, leggings, tops, crucifijos, guantes sin dedos y cadenas de strass. Michael Jackson popularizó las chaquetas y los pantalones de cuero.



IVAN AUGUSTO CORTES


¿Qué relación tiene usted con el mundo del Diseño?
Relación como editor de una revista, como promotor del diseño, como crítico y como historiador.
¿Desde hace cuánto tiempo que trabaja en el sector?
16 años.
¿Cómo es su visión del Diseño en Colombia?
El diseño colombiano vive una paradoja: un gran boom de la profesión por su demanda en las universidades versus la baja contratación inhouse de diseñadores en la industria. Desde otra perspectiva, existe un gran talento y un aumento en la especialización en las diversas áreas de trabajo.
¿Cuáles son las acciones que viene desarrollando su país con referencia al Diseño en los diferentes sectores?
Hay acciones muy heterogéneas y particulares según el sector del diseño porque no existe un gran gremio que agrupe a los diseñadores. Así, hay eventos, ferias y congresos sectoriales por lo general de tamaño reducido o de alcance apenas local.
¿Cómo es el mercado local? ¿Cuál es el sector de diseño que está más desarrollado?
Es una pregunta muy compleja de responder porque al igual que en otros países los mercados locales son enormes, heterogéneos y dependen de muchos factores demográficos. A nivel general el sector más desarrollado del diseño es el gráfico. A nivel más particular probablemente el pop, el mobiliario, la joyería contemporánea y la animación digital.
¿Exportan diseño, a donde y qué tipo de servicios brindan?
También es una pregunta demasiado amplia por la gran variedad de sectores de diseño que existen pero podría resaltar el crecimiento de la exportación de sectores relacionados con las nuevas tecnologías: animación digital y aplicaciones.
¿Está posicionado su país como referente de Diseño frente al resto del mundo?
A nivel mundial no. A nivel latinoamericano hay cierto nivel de liderazgo en sectores como el mobiliario para oficina, la joyería, el diseño de modas y los proyectos que vinculan el diseño con la artesanía.
¿Cuáles son las políticas públicas y privadas para apoyar a la industria de Diseño?
Las políticas en ese sentido son nulas. Hay un resurgimiento de un Sistema Nacional de Diseño con un presupuesto tan minúsculo que no alcanza a hacerlo relevante.
¿Con referencia a la propiedad intelectual, se protegen los diseños? ¿Por qué sí o por qué no?
Es un tema burocrático, monetario o de desconocimiento de los diseñadores y/o empresas Las grandes empresas si protegen sus diseños. Las pequeñas no, o utilizan estrategias alternativas para evitar ser afectados.
¿Cuál es el costo de proteger una marca, de presentar una patente, del derecho de autor?
Entiendo que el costo administrativo de registro de una marca está alrededor de los 400 dólares. Habría que sumar los honorarios de abogados que dependen de muchas circunstancias.
¿Cuáles son las temáticas recurrentes en las que el Diseño trabaja hoy en día?
Sostenibilidad, nuevas tecnologías, movilidad, responsabilidad social, copyleft.
¿Cuál es la respuesta de los diseñadores de trabajar en diseños sostenibles, de vulnerabilidad social?
Usualmente dependen de convocatorias específicas o proyectos preestablecidos pero no como políticas públicas o privadas.
¿Qué opinión le merece el “Diseño de autor”?
El “diseño de autor” desdibuja un poco el objetivo del diseño y lo acerca más a un concepto artístico o en otros casos, da preponderancia a lo comercial sobre el diseño mismo.
¿Cuáles son los proyectos que actualmente está trabajando?
Estamos replanteando nuestra estrategia web con un nuevo proyecto que saldrá al aire en unos meses, también estamos preparando un evento iberoamericano sobre interiorismo y estamos rediseñando la visión de empresa antes los cambios tan drásticos que se están dando en nuestro mercado.

¿Cuáles son los proyectos de Diseño en los cuales les gustaría estar involucrado?
Diseño de convocatorias y concursos, organización de eventos especializados, proyectos de ciudad y diseño, consultorías a nivel de políticas de diseño.
¿Cómo es la formación de los diseñadores en Colombia?
Es una formación de alta calidad que podría ser muy atractiva para enfocarse a un mercado internacional pero el crecimiento de la demanda interna lo impide.
¿Cuáles son los ejes temáticos de la enseñanza?
Sostenibilidad, permeabilidad de lo tecnológico, cambio de paradigmas clásicos por la desaparición de fronteras entre los conceptos.


ALEJANDRO PAUL, DISEÑO TIPOGRAFICO


¿Cómo nace Sudtipos de la mano de sus otros cofundadores Ariel Garófalo, Claudio Pousada y Diego Giaccone?
Sudtipos es un colectivo de personas afines a la tipografía. Nace como un espacio de diálogo y para poder canalizar el amor por la tipografía de cada uno de nosotros. Nos conocimos en un evento de tipografía que se celebró en Buenos Aires en 2001 y que fue un poco el disparador de la tipografía en la región o al menos un lugar donde nos vinculamos. Hoy Sudtipos cuenta con más de 20 diseñadores en su colección.
¿Cuál es su filosofía como empresa o estudio?
Crear tipografías de calidad que respondan a necesidades reales de mercado y del diseñador gráfico en particular.
¿De dónde viene la pasión por la tipografía?
En mi caso de la necesidad de diferenciar a las marcas y de entender que cuando reconozco un buen diseño en general es porque la tipografía está bien empleada.

¿Cómo se inspiran para crearlas?, ¿El diseñador tiene que tener un “talento especial”?
Me inspiro con libros antiguos, grafitis, tatuajes, etc. No se si es un talento especial pero sí una necesidad de superarse cada día.
¿Las realizan por encargo a clientes o sólo las crean y las ponen a disposición?
Ambas. El trabajo diario es crear colección propia y el trabajo deseado es que me llamen clientes para desarrollarles una tipografía o un lettering.
¿Trabajan localmente y/o exportan también servicios de diseño?
Principalmente con el exterior. La cultura de pagar por las licencias en Latinoamérica es algo que estamos tratando de concientizar. Creemos que un diseñador que no paga por los recursos que utiliza con sus clientes es un pésimo diseñador ya que lo está engañando y le cobra.
¿Cuáles son las últimas innovaciones con respecto a tipografías?
 El último gran hit son las webfonts.
¿Qué opinión le merecen las tipografías ‘ecológicas “como Eco Font?
Eco Font fue puro marketing, hay otras formas mejores de ahorrar tinta desde el diseño de las tipos.
 ¿Cómo ve a la Argentina con respecto a otros países en las creaciones de tipografías?
Es un momento muy productivo. La creación de la Carrera de Diseño Tipográfico que ya tiene 20 egresados lo certifica.


¿Qué piensa acerca de las tipografías deben ser de uso libre o deben pagarse? ¿Sus fonts a cual corresponde?
Las nuestras se pagan. No tengo nada contra la creación de tipografías gratuitas si tienen un estandar de calidad.
¿Qué hace que una tipografía perdure con los años ejemplo la helvética (creada en 1957) o alguna que Uds. hayan diseñado y usado sin parar?
La referencia del mercado. En el caso de Burgues Script o Compendium notamos que el mercado de invitaciones, etc. ha tenido un renacer y las ha adoptado. Lo mismo sucede con Mal Beck o Brisa en el rubro del packaging.
Si tuviera que elegir una tipografía favorita ¿Cual seria y por qué?
Bickham Script entre las ajenas por su historia y por la calidad de quien la revivió.
¿Cuál de los fonts creados les ha dado más satisfacción y cuáles ha sorprendido por la respuesta del público consumidor?
Burgues Script por los premios y por la multiplicidad de usos. Desde el logo de una línea de LEVIs hasta tatuajes.
¿Qué proyectos son lo que actualmente está trabajando?
Siempre trabajo en 4 o 5 nuevos proyectos muy variados. Uno de ellos es una caligrafía del siglo XVII.
Una herencia
De mi madre. Trabajar duro a pesar de las circunstancias.
Tres sueños a cumplir

Vivir 80 años, vivir 90, vivir 100.

EL MUNDO DE LA INDUMENTARIA

Según la visión de Andrea Saltzman




Contanos cómo te relacionas con el mundo de la moda y desde cuándo ?

No me siento especialmente relacionada al mundo de la moda. Sino más bien al cuerpo, al espacio y  a la vestimenta. La moda es un sistema que no solamente comprende al tema de la vestimenta, sino que también atañe  a  los objetos, las comidas, los lugares, los restaurantes, las  películas, la música, etc. La moda refiere a una situación cíclica de ciertas  manifestaciones que aparecen como novedosas y que luego se vuelven masivas llegando a un estado de saturación que anticipan su muerte y el surgimiento de una nueva moda. Es erróneo hablar de moda como sinónimo de vestimenta. El diseño de vestimenta es una cuestión más amplia que sobrepasa la moda. Entiendo al vestido como una  piel social que amortigua al cuerpo en las diversas circunstancias de la vida cotidiana. Esa construcción  está atravesada por muchas más variantes que el sistema de la moda.

Según tu perfil, venís de la danza moderna, la plástica y la arquitectura. ¿Cómo te ayudó esto a vincularte con la moda, qué puntos en común encontraste?

La danza fue mi primer acercamiento al cuerpo y al espacio. En la danza cuerpo y espacio constituyen una unidad. Tu cuerpo es la puerta para percibir el mundo y la expresión del mismo.
La plástica trabaja con otro nivel de huella y representación. Acá la huella no es efímera como en la danza. Se trabaja sobre el registro y la materialidad. Por lo menos en ese modo que tuve  de incursionar en esta disciplina a través de la pintura. La arquitectura me sumergió en un espacio dimensional y desde aquí en el conflicto de la dualidad.
Quizás uno comienza a aprender separando las cosas y con el tiempo el aprendizaje y el descubrimiento pasan por entramar y unir.
Justamente el diseño de indumentaria fue la puerta para unir esos mundos que  tenia disociados. Que tensionaban entre sí. Pienso que el conflicto es una puerta interesante para comenzar a construir algo nuevo. Esa tensión te moviliza para ubicarte en otro lugar diferente al que aprendiste.

¿Qué ves y qué buscas al observar diseño de Indumentaria? Como curadora, ¿Qué hace la diferencia, cual es el “toque Saltzman” al realizar Muestras, Desfiles, etc.?

Al ver diseño de indumentaria busco esa mirada peculiar de cómo interpretar el mundo. Me interesa la materialidad pero por sobre todas las cosas la manifestación en el cuerpo.
La vestimenta induce al gesto, a un modo de ser y desempeñarse en el mundo. Pero también esa materialidad habla de un gesto en el hacer y dejar huella, allí también el sujeto  se manifiesta corporalmente. Es un fuerte relato cultural. Siempre existe un correlato entre la manera de hacer y de vestir. Siempre existe una relación  entre el gesto y el vestido que habla de escena y de personajes de un modo de concebir la sociedad.

Con respecto a las curadurías. Se asocian a esta mirada. Mi pensamiento siempre gira en torno al cuerpo. Un cuerpo que es sujeto y especialidad. Un cuerpo que es reflejo del modo de percibir el mundo. Un cuerpo que es social y desde allí,  una exploración de la sociedad y la cultura.


Actualmente, ¿Cuáles son los proyectos que están trabajando?.¿Qué cosas te inspiran?
A mi me gusta trabajar en muchas cosas a la vez.
El tema de la cátedra y el trabajo con los docentes y los alumnos es un tema central en mi vida, un  lugar de profunda investigación.
Me interesa especialmente  el proceso proyectual y abordarlo desde el pensamiento metafórico.  Estoy trabajando con bailarines en la relación cuerpo, vestimenta, espacio. Desarrollando mi tesis que tiene que ver con esto y entendiendo al diseño desde el concepto de piel. Ese lugar de interacción y movilización entre el individuo y el mundo.
En este momento estoy dirigiendo la Carrera de Diseño de Indumentaria en la UBA. La idea es producir entramados con los diferentes sectores para poner en valor la tarea de diseño.
Creo que en relación a la disciplina estamos en una nueva etapa. En los comienzos, en el año 1989 teníamos que demostrar que éramos capaces de generar diseño y esta fue una tarea ardua. Por aquel entonces se pensaba que las ideas venían de Europa y bastaba con viajar un par de veces al año para generar las colecciones. La tarea de los egresados fue clave para posicionar el diseño. Pero hoy necesitamos vincularnos más a la industria. Que  el diseño se entienda como un trabajo conjunto en el desarrollo y exploración de productos para  mejorar la calidad de vida.
El tema ambiental es muy complejo y el diseño es una herramienta fundamental para los nuevos desafíos. Pero en el imaginario todavía está más asociado al marketing como cuestión de difusión,  que por su capacidad de brindar nuevas soluciones más acordes a  nuestra situación de vida.
¿Qué características tiene en consumidor de moda argentino, qué busca aquí que no encuentra en otra parte?
Creo que el producto argentino es cada vez más reconocible. Se busca originalidad pero también una manera de vivir. Si se mira la generalidad la tendencia lleva a pensar que la manera de vestir es cada vez más cómoda y práctica. Lo digo más allá de los eventuales zapatos  altos.  Lo interesante que aportaron los diseñadores de vanguardia en el mercado fue la diversidad de propuestas y hacia esa dirección se van orientando las marcas. Recuerdo que cuando comenzamos con la carrera conseguir algo fuera de la silueta y el color de la tendencia era imposible.
¿Las tendencias se inventan, son un producto de marketing o son una respuesta a la necesidad del consumidor?
Las tendencias en general tienen que ver con situaciones que anclan en la sociedad y la cultura. Por supuesto que la publicidad las empuja.  Pero tienen una lógica. Cuanto más fuerte es esa lógica más se afianzan en el tiempo. 

Responde a muchas variables pero básicamente a un modo de prefigurar el mundo. Se perciben  en manifestaciones culturales, políticas  y sociales. En  eventos, en la  música, en  grupos que se hacen visibles y buscan su propia identidad, pero también al desarrollo de materiales, tecnologías o incluso en  carencias.  En este sentido pienso que dada la crisis ambiental, cada vez más van a entrar en consideración situaciones tales como el mantenimiento de la ropa o la cantidad y tipos de procesos.  Creo que en el futuro va a ser una variable en la carga impositiva el impacto ambiental que plantea una prenda.


Es interesante indagar en la tendencia porque la misma es una forma de prefigurar el mundo, trae aparejado ideales deseos y fantasías de un momento determinado.
¿Qué diferencias ves en las tendencias de Argentina con respecto al resto del mundo?
En general en el resto del mundo occidental funcionan las grandes marcas manejadas por enormes grupos financieros. Estas marcas tienden a producir fuera de su territorio  con mano de obra muy barata. Y con un excesivo manejo de las áreas de marketing. Lo que lleva al desarrollo de cierta uniformidad.
Los lugares más caros del mundo están copados por marcas masivas y accesibles cuyos costos de producción son casi nulos y se sostienen por la enorme producción.
Creo que este panorama difiere del modelo Argentino. Nosotros tenemos un consumo mucho menor. Nuestros gastos de producción son caros por lo tanto sólo podemos competir con un producto diferenciado.  La Argentina es un territorio de una enorme producción cultural, teatro, música, cine, arte y video.
Este es un territorio que todavía sostiene diversidad de grupos culturales y saberes artesanales. Creo que esa potencia cultural es y deberá ser el sello que nos identifique.
A tu entender, ¿Cuáles son los eventos más destacados en el mundo de la moda y por qué?
Todo lo que se vuelve repetitivo y mecánico pierde potencia.   Creo que lo que mueve al mundo de la moda  no son eventos de la moda en particular.  Diría que la crisis europea, los movimientos juveniles, la crisis ambiental son más relevantes que eventos de la moda en particular.
La fotografía, el arte digital, las bienales de arte son grandes usinas de la moda.
Un proyecto que te gustaría concretar
Tengo un proyecto en la cabeza hace mucho tiempo, con los trajes de movimiento. Me gustaría armar una puesta en la que esos trajes fueran a la vez vestimenta y escenografía y activar ese espacio con diferentes grupos de bailarines.
Con un gran amigo y artista que vive en Berlín, Edgardo Rudnitzki tenemos un proyecto de hacerlos sonoros. Pero debería buscarme una beca o algún tipo de financiamiento y hoy estoy con un día a día muy intenso. Pero sé que lo voy a hacer.
Un deseo personal
Tengo muchos deseos. El diseño se mueve desde el deseo y la imaginación. Me imagino un mundo más comunitario.

El traje en peligro de extinción

Es muy común escuchar que el traje sólo se usa para las reuniones especiales y que las empresas, a partir del nuevo milenio adoptaron la ropa casual y cada día hay menos sastres/as, son menos visibles en el mercado, y el oficio tiende a desaparecer. Lo cierto es que en los últimos 20 años se ha producido un gran cambio en la forma de vestir de los varones y para muchos ya no es indispensable como vestimenta de trabajo, ni para empresas o entidades como para personal jerárquico, diplomáticos, la realeza y los funcionarios de estado, los políticos y los académicos. Susana Speroni, que fuera Directora del Museo Nacional del Traje sostiene que:
Los hombres ya no se sienten cómodos en traje. En los años 50, era impensable ir a trabajar sin corbata. El traje era toda una institución dentro de la sociedad argentina, sinónimo de trabajo y seriedad. Y aunque en los 70 se introdujeron algunos cambios, así continuó hasta finales de los 90. Entonces comenzó a modificarse el look masculino y lo útil y cómodo se impuso a lo elegante (www.elpais.com.uy, 2005, octubre).
Afirma que lo que ocurre es que el hombre de los años 2000 dejó de sentirse a gusto con aquella prenda que impuso Luis XIV a las tropas mercenarias que había contratado en Croacia: la cravatte, es decir, la corbata.
De hecho el estar vestido con un traje condiciona la conducta y seguramente se pensará dos veces el ponerse molesto ya que eso estropearía el saco si el sujeto entablara una discusión  violenta a golpes de puño, muy común en los lugares de recreación, en los que justamente se abandonó el uso del traje.
Respecto a saber si el consumo del traje ha disminuido, para hacer un diagnóstico, basta pararse en una arteria clave de Buenos Aires y recorrer las calles del microcentro porteño para comprobarlo: los hombres visten camisas de vestir con jean y sacos de corderoy o cuero; pantalones pinzados con remeras polo y suéteres de hilo, la relación entre los hombres de traje y los cultores del casual es de uno a uno. Si se compara esa escena con una fotografía tomada en la misma esquina hace 20 años, las diferencias se hacen todavía más evidentes. Casi la totalidad de los hombres iban al centro vestidos de traje. Lo que sí es cierto, es que quien tiene por costumbre hacerse trajes a medida y puede costearlo, sigue haciéndose ropa a la medida con su sastre.
La globalización y la industria, nos alzó a un punto de elite y redujo el consumo a unos pocos clientes pudientes. El cambio fue tan profundo que incluso casas que tradicionalmente se dedicaban a la venta de trajes debieron ampliar la gama de su oferta de sacos informales y cambiar a conjuntos sport, lo que amplió enormemente los guardarropas de los años 90 en adelante.
Los especialistas en sociología de la moda coinciden en que el traje se está convirtiendo en una prenda para ocasiones especiales. Una mutación más que, sin duda, no será la última.
Si analizamos las estadísticas, podemos comprobar esta afirmación, pues a principio de este nuevo milenio, se publicó un trabajo realizado por la CAI –Cámara Argentina de la Indumentaria–, que refleja que solo el 7 % de los argentinos adquiere prendas de contenido formal (es decir, de los casi 17 millones de clientes que tiene este mercado solo 1.154.485 son compradores de trajes), y a las claras está, que una ciudad como Buenos Aires hoy tenga tan pocos hombres vestidos de traje a diferencia de lo observable en otras ciudades de América, donde sigue prevaleciendo esta costumbre.
Las estadísticas del sector señalan también que los argentinos son grandes consumidores de ropa: cada año se compran 6,300 kilos de prendas per cápita. La última encuesta de gasto de los hogares que hizo el INDEC 6 señala que los argentinos usan el 7,2% de su presupuesto personal en indumentaria: el 4,6% en ropa, el 2,1% en calzado y un 0,5% en arreglos. Si se compara con otros rubros, surge que se gasta más en vestimenta que en equipamiento y funcionamiento del hogar (6,7%) e incluso que en agua y electricidad (3,45%).
En el 2010, el ámbito textil registró récord de producción, según el informe del Ministerio de Industria. El nivel de actividad avanzó un 16% y, de esta manera, acumula desde 2003 un aumento del 143 % y las exportaciones crecieron un 41,5 %. El sector textil tiene presentados 12 proyectos (4 de ellos ya fueron aprobados) para acceder a los préstamos del Fondo del Bicentenario, destinados a ampliaciones y construcciones de plantas fabriles, incorporación de maquinaria y desarrollo de nuevos productos con valor agregado, que generarán más de 730 puestos de trabajo. Esto confirma que la Moda genera empleo y brinda oportunidades de crecer.
Débora Giorgi (2011),  al frente de la cartera industrial, especificó que: -“Mientras que en los 90 se destruían empresas y puestos de trabajo, hoy tenemos una industria textil fuerte, que crece de manera sostenida, con producciones que agregan valor nacional y aportan calidad y diseño argentino” (www.lanacion.com.ar, 2011).
Sumado a estas observaciones es bueno decir también que la fabricación de calzado en Argentina viene en ascenso desde 2002 y en 2010 esa tendencia se consolidó, de acuerdo a lo que comunicó la Cámara de la Industria del Calzado (CIC), que afirma también que en los últimos 12 meses se produjeron 105 millones de pares de calzado en territorio nacional, lo que marca un crecimiento de 10 millones de pares si se traza una comparación interanual. Otro índice de crecimiento que el sector textil experimentó en 2010 es que las importaciones de bienes de capital, piezas y accesorios destinados a aumentar la capacidad de producción aumentaron un 64% con respecto a 2009. De acuerdo a datos aportados por la Fundación Pro-Tejer, el total de los bienes importados, sumado al costo de la nacionalización y puesta en marcha de esa maquinaria, estima una inversión total de 844 millones de pesos. A tal punto es importante el sector textil en la producción que: -“El desarrollo del mercado interno ha sido una importante plataforma para mejorar la competitividad y la inserción externa, elevando las exportaciones de productos textiles y confecciones” sostiene el ministerio de industria, que difundió en los medios que se está instrumentando una fuerte política de resguardo de la producción nacional, promoviendo acuerdos bilaterales entre privados y medidas antidumping, de salvaguardia y derechos compensatorios en los casos en los que la producción se enfrente a importaciones que no respetan las reglas del comercio, por eso fue reforzado el monitoreo del comercio en aquellos eslabones de la cadena cuya producción local se vea amenazada por el ingreso masivo de importaciones.
Una medida que es importante no desconocer es que se estableció la prohibición a la importación para consumo de ropa usada, exceptuando a aquellas que provengan de donaciones, por un plazo de cinco años. Además, el Ministerio de Industria administra Licencias No Automáticas (LNA) sobre unas 150 posiciones arancelarias sobre productos terminados y otras 87 posiciones sobre hilados y tejidos, con el objetivo de fomentar la producción nacional y la defensa del trabajo argentino
El decreto 2112/2010, fue publicado en el Boletín Oficial y tendrá una vigencia de 5 años y se trata de una herramienta más para fomentar la producción nacional y la defensa del trabajo argentino.

Desde la Federación de la Industria Textil Argentina (FITA) a este respecto, señalaron que - “esta es una buena noticia porque evita la entrada de ropa usada a un país que viene demostrando un crecimiento en su demanda y además impide que se importe como usada ropa de saldos de temporadas anteriores” (www.sic.gob.ar, 2011). 
Récord de producción. Disponible en: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1341319www.sic.gob.ar. Disponible en: http://www.sic.gob.ar/2011/01/se-restituye-prohibicion-de-importaciones-de-ropa-usada/

El consumismo y algunos números que refleja la industria de la moda

Un tema interesante de considerar es el consumismo en el ámbito de la moda, y las estadísticas de este año que reflejan datos que sirven para una evaluación de las cifras que moviliza el sector. En ese fantástico universo al que la moda evocativamente nos convoca, un punto importante a analizar es el factor económico y específicamente el consumo y sobre todo el asesoramiento que brindamos a nuestros clientes, teniendo en cuenta la cadena de valor y el sector productivo dependiendo de un apoyo concreto para su desarrollo y crecimiento.
Muchas personas consumen más de lo necesario, mientras que otras no tienen lo indispensable. Según el Papa Juan Pablo II, (quien ha sido beatificado el 1 de mayo de 2011) el antídoto al consumismo es desarrollar la vida interior. “Ante las insinuaciones de los valores efímeros del mundo visible, que presenta un cierto tipo de comunicación mediática, es urgente contraponer los valores duraderos del espíritu, que sólo se pueden alcanzar recogiéndose en la propia interioridad a través de la contemplación y la oración” (JPII, 7-V-03). Fuera de este contexto religioso que intenta volver a los valores humanos en vez de profundizar la importancia de las modas, sin lugar a dudas muestra que la indumentaria ejerce una influencia extraordinaria en el ser humano y eso se debe a que puede atravesar los diferentes ámbitos y conectarlos ya que involucra varios sectores y puede aportar a la solución y concientización de las problemáticas que el mundo tiene, como el cuidado del medio ambiente, la búsqueda de la paz, la lucha contra la pobreza y lo injusto (de hecho se realizan desfiles a beneficio de personas de bajos recursos, o a favor de entidades de bien público) e incluso constituye una manifestación clara del pensamiento de generaciones o núcleos que se expresan a través de lo que usan, consumen y proponen.
Los diseñadores jóvenes están tendiendo a observar las realidades de una manera diferente, sobre todo este último tiempo en el cual se manifiestan activamente, con otras miradas, y con un aporte de aire fresco buscando sus propios espacios de expresión.
Nos encontramos entonces con un sector de la población que es consumidor de diseño y comprador compulsivo de marcas, otro que por cultura y tradición adopta cierto estilo de vida y por ende cierto grado de apego a atuendos más formales o absolutamente innovadores para marcar tendencia, lo que se asocia indudablemente con la obtención de cierta satisfacción en el acto de poseer un bien que produce felicidad al ser exhibido frente a los demás.
La moda gira sobre un sistema económico montado en base a campañas permanentes de consumo, con el cambio de cada temporada, incitando a la renovación del guardarropas, promoviendo la adquisición de prendas como signo de status dentro de los grupos sociales, incluso generando acumulación de propuestas diferentes o modas parecidas pero con la idea de que siempre vuelve. Esto genera una competitiva riqueza a nivel mercado pero el consumo a gran escala afecta seriamente el equilibrio ecológico y también los recursos naturales, por el uso de químicos, alto consumo eléctrico, y la problemática del trabajo esclavo.
Verdaderamente esto también está signado por el mercado, ya que en comparación con épocas pasadas donde el sastre era una industria, hoy en día las cifras de producción no lo incluyen en la nómica de artículos más consumidos.
Indudablemente el destierro del traje no es patrimonio argentino, sino parte de una tendencia mundial que tuvo su epicentro en Nueva York en los 90 –cuando se empezaron a instaurar los viernes informales que en desmedro del quehacer elegante se impuso en las empresas– lo que llevó a los sastres de Nueva York, a instituir los dress up thursdays, para que los jueves los empleados tuvieran que ir a trabajar de traje. Incluso en 2001 editaron la “Guía para vestir con estilo profesional” de Judith Rasband, y ofrecían un asesoramiento a los empleados que quisieran mejorar su imagen (Diario La Nación, 2005, octubre).
La tendencia al abandono de la corbata también llegó a Oriente y una sociedad conservadora como Tokio, está modificando sus costumbres impulsados por el gobierno japonés, que persigue un ahorro energético con miras a cumplir el Protocolo de Kyoto5 y eso hace que afecte también el ámbito del vestir.
Si hablamos de la sastrería actual, la moda sartorial persigue el objetivo estético de enaltecer la figura humana y no sólo cubrir el cuerpo de tela, aspira al refinamiento en busca de la belleza y la elegancia de quien porta una prenda hecha a medida, pero su consumo realmente no es masivo sino todo lo contrario, son pocos los que acuden al sastre.
La demanda se mantiene en las grandes ciudades, donde existen almacenes o tiendas que incluyen un profesional sartorial que brinda justamente este asesoramiento.
El punto aquí es, romper con las cadenas de la ignorancia y publicitar más allá del boca a boca, la labor profesional del sastre/a y concientizar al consumidor. Si no, ¿cómo puede saber el cliente, qué es bueno, si en toda su vida no ha visto otra cosa que ropa de confección diseñada para un prototipo explícito?
Aquí es donde planteamos la necesidad de educar al consumidor, de explicarle el concepto de diseño y de creación para que sepa distinguir y seleccionar lo mejor para sí.
Los grandes maestros sastres subsisten en los atelier de moda de ciudades como Londres, Milán, Madrid, Berlín, Paris, Roma, Barcelona, y en América Latina en ciudades capitales como Sao Paulo, Buenos Aires, Santiago, que llevan la delantera y en países emergentes como Ecuador, Bolivia, Paraguay, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Perú incluso México, muchos jóvenes están formándose potencialmente para ser la mano de obra de este siglo en este sector productivo.

Las legendarias Sastrerías de Savile Row como Anderson & Sheppard que viste al Príncipe Carlos, y Wilkinson & Sons que se fundó en 1662, Roger & Co en 1774 y John Jones en 1827, siguen vivas a través del tiempo como Poole & Co que llegó a emplear a más de trescientos sastres desde su fundación en 1806. Hoy claramente la moda se sigue nutriendo de creaciones de otra época y los cincuenta por ejemplo, retornan fuertemente con propuestas renovadas en esta segunda década del nuevo siglo retomando la femineidad y proponiendo para la moda masculina un estilo más dinámico, valorizando el buen vestir. Ante esta tendencia creemos que con métodos de corte planteados para un aprendizaje acondicionado a estos tiempos, en caso de iniciantes o estudiantes de moda que profundizan en áreas de esta naturaleza, el adquirir nuevo conocimiento y ampliarlo es más que significativo. Los oficios requieren aprenderse in situ, ello le da la riqueza precisa a la labor ya que los detalles pueden apreciarse y discutirse sobre la tarea misma y es allí en la resolución de problemas donde se pone de manifiesto la aplicación del conocimiento que se aprende y en la construcción de la pieza lograr así resultados superadores en la creación que se está proponiendo.
Diario La Nación, 3 de octubre de 2005. Disponible en: http://www.lanacion.com.ar/744224-los-sastres-estan-enojados

Refiriéndonos puntualmente a la estética sartorial

El arte de generar una prenda con el amor, el tiempo y el trabajo que se dedica en la perfección del realizar un diseño a medida, que un sastre en su taller despliega a la hora de modelar, cortar, coser, confeccionar y terminar un traje, es la propuesta que este espacio desea brindar al lector para rescatar sustancialmente la esencia del oficio.
Plasmar el diseño y hacerlo realidad depende de visualizar, pensar, crear, transformar, adaptar e inventar la obra abstracta que permanece en nuestra mente para ser liberada por nuestra mano y creada con inteligente gusto y delicada estética a través de nuestro desempeño manual.
La sastrería desde sus orígenes ha demandado el conocimiento de muchas disciplinas, ya que el sastre/sastra hacía y aún hace todo manualmente brindando un servicio de alta calidad a una cartera de clientes cada vez más exclusiva como demandante. Quienes valoramos el arte del vestir entendemos que se hace preciso educar al consumidor para identificar la calidad y apreciar una buena hechura.
Contribuir a la agudeza de los sentidos despertando en el observador el poder de distinguir lo bello de lo común, y el trabajo manual del de confección a través del tacto, permite hacer comparaciones. En el acto de mirar mirando, cuando somos inducidos a ver con detenimiento los detalles, permite detectar las distintas terminaciones que la sastrería propone en una prenda a la medida.
Por eso, el diseñador debe estar atento a estos conceptos al momento de efectuar una línea e imponer nuevos estilos para realzar la elegancia y prestancia de quien luce una prenda ya sea ésta a medida, o bien una línea de moda de confección fina y de marca. Deberá identificar las mejores telas (llamadas hoy telas inteligentes que brindan confort y bienestar con gustos de variada paleta) y empezar a pensar no sólo en el diseño externo de la prenda sino en las comodidades que un saco debe brindar al usuario/cliente, utilizando para su confección los avíos adecuados. Se hace necesario que el diseñador/a pueda conocer en detalle cómo se trabaja en un taller de sastrería de medida comparado con la confección, y visualizar el trabajo manual que se realiza en torno a un saco sastre (o sea una prenda sartorial). Esta experiencia sin lugar a dudas es absolutamente enriquecedora para el aprendiz.
Crear trazos, generar líneas, y hacer bocetos que se cuelan en un papel también nos responsabiliza con la sociedad a la que está destinado ese diseño, y lo que intentamos mostrar debería ser acorde a una colección pensada para cierto target y adaptable al cuerpo de la persona interesada en consumir ese diseño, asumiendo el daño ecológico causado por los materiales utilizados como las herramientas y maquinarias que son invertidas en la confección.
Desde las instituciones de moda a nivel nacional y desde Modelba especialmente, nos preocupa la ligera utilización del small, medium y large como talles de base para fabricar prendas, y las enfermedades acarreadas por los cambios de peso y los trastornos psíquicos de nuestros adolescentes frente a un modelo de individuo híper flaco y desgarbado. Y nos parece un avance importante la legislación de ley de talles, para ampliar las vidrieras con ofertas que incluyan en vez de excluir a personas obesas. Obesidad mórbida, que fuera en el medioevo motivo de atracción hoy es un problema de salud que necesita ser observado.
En enero de 2010 se promulgó la Ley de talles porteña, sancionada por la Legislatura, y cuya norma exige justamente a todos los fabricantes y comerciantes la existencia de ocho medidas que van del talle 36 al 50. Y evidentemente, un estudio antropométrico se hace más que necesario para acompañar esta ley.
Estos temas han sido de interés en el tratamiento de la agenda del XX Congreso Panamericano de Maestros Sastres y Profesionales de Alta Costura que se llevó a cabo el pasado mes de octubre en Sao Paulo - Brasil, donde se sentaron las bases para el Método Panamericano de Sastrería avalado por la CONPANAC y la importancia del rescate y revalorización de los oficios.
Entendemos que es preciso empezar a llamar las cosas por su nombre, el lenguaje de las formas no puede limitarse a la palabra recorte (tan difundida hoy entre los estudiantes de indumentaria) las polleras son faldas que pueden adoptar numerosas formas que han de ser descriptas de manera enriquecida, y si del delantero del vestido parte una tabla encontrada que da amplitud a la falda, es preciso saber y distinguir el cómo y por qué, lo mismo cuando hablamos de un pliegue o de una pinza en un pantalón. Por esto, es necesaria una formación profesional del diseñador enriquecida con la técnica que aporta el oficio madre que dio origen a este conjunto de oportunidades llamado moda.

La apreciación estética conlleva a la comprensión del trabajo complejo y a la vez diversificado que un sastre/a realiza teniendo en cuenta las diferentes conformaciones físicas. El trabajo de un sastre va más allá de diseñar, es crear una obra de arte que nace de sus manos para cobrar vida en un cuerpo para el cual ha sido concebida.
Diario El País Digital. Disponible en: http://www.elpais.com.uy/Suple/Empresario/07/10/05/elempre178130asp