lunes, 30 de noviembre de 2015
MODA ACTUAL 2016
Impecable como siempre la
propuesta de moda primavera verano 2016 de la reconocida marca argentina lo
tiene todo para armar looks llenos de tendencias para el día y la noche. Casual
bohemio y chic, el estilo de rapsodia impregna cada una de las prendas que
componen una colección encantadora y sin desperdicios.
Los vestidos del verano 2016 de
la firma como siempre se destacan por sus delicados detalles bordados, en todos
los largos se asoman como las opciones preferidas para resolver el look en un
solo paso. Las chaquetas y sacos esta temporada aparte de piedras y bordados,
suman flecos que a esta altura ya sabemos son un recurso repetido en numerosas
colecciones locales. Tops y blusas absolutamente femeninas se combinan con
leggings, jeans, shorts de tiro alto, faldas en todos los largos o pantalones
estampados, la propuesta es amplia y las posibilidades son muchas. Como de
costumbre Rapsodia marca tendencia de moda con su estilo característico que
esta primavera verano 2016 resulta
una de las inspiraciones de temporada. He aquí las imágenes de una de las
colecciones imperdibles que forman parte de la moda primavera verano 2016 en Argentina.
Moda de los 90
La moda en los años
90 no estuvo caracterizada por un estilo específico, sino que más bien se
definió como un impulso de las personas por marcar su individualidad a través
de la ropa. A esto se sumaría el aporte de algunas tendencias musicales.
Lo que sí está claro, es que en estos años se relajó la atmósfera ochentera, típicamente fastuosa y exuberante, para dar paso a la simplicidad y a la comodidad. Es así que el prét-a-porter adquiere relevancia para la mujer.
En líneas generales, se destacan como usuales los pantalones de tiro bajo, los escotes prominentes y el jean que no pierde la presencia que tenía en los ochenta, sino que por el contrario, llega para quedarse; los desteñidos y rotos eran “plaga”.

Por su parte, las remeras cortas hasta el ombligo, resultaron ideales para lucir piercings y tatuajes. En cuanto a los accesorios, el uso de carteras y cintos se mantuvo.
Hay que destacar que la moda de esos años absorbió las influencias de algunos géneros musicales. Se puede advertir que el estilo Grunge, cuyo principal exponente fue Kurt Cobain, del grupo “Nirvana”, se hacía sentir sobre todo en Norteamérica, con pantalones desgastados y camisas a cuadros. El Rap también aportó lo suyo con pantalones y remeras sueltas, además de las características gorras de visera.
En los 90, la moda se volvió casual. La moda de los 90 se basaba en la variedad y no en una tendencia específica y duradera. La moda de 1990 se trata de ponerse lo que te haga sentir cómodo, sin darle mucha importancia a la opinión de los demás o a las tendencias. aunque suene irónico, si te producías mucho o usabas mucho maquillaje, estabas fuera de moda. Hombres y mujeres preferían el cabello largo y natural, aunque los productos para el cabello, como el spray y el gel, aún eran muy comunes. El pelo largo era algo muy característico en los hombres en los 90. Con respecto a los peinados femeninos, una de las estrellas de los 90 con mayor influencia en este campo fue Jennifer Anniston, uno de los personajes de la serie televisiva “Friends”.
Los 90 nos ha proporcionado muchos estilos de moda excéntricos. Entre ellos encontramos la ropa color neón Las prendas de colores neón también estaban asociadas con la playa, el surf y la diversión. El secreto sobre esta tendencia en la vestimenta de 1990 estaba en ponerse colores que no combinan. Rosa y celeste, verde y naranja eran las posibles combinaciones que lucían extremadamente modernas. Los jóvenes caminaban por la calle con pantalones anchísimos que mostraban su ropa interior, zapatillas enormes, bandanas y gorras, y generalmente un skateboead y un walkman en la mano. Esta tendencia fue muy popular a principio de los 90 y todavía está de moda.
Lo que sí está claro, es que en estos años se relajó la atmósfera ochentera, típicamente fastuosa y exuberante, para dar paso a la simplicidad y a la comodidad. Es así que el prét-a-porter adquiere relevancia para la mujer.
En líneas generales, se destacan como usuales los pantalones de tiro bajo, los escotes prominentes y el jean que no pierde la presencia que tenía en los ochenta, sino que por el contrario, llega para quedarse; los desteñidos y rotos eran “plaga”.

Por su parte, las remeras cortas hasta el ombligo, resultaron ideales para lucir piercings y tatuajes. En cuanto a los accesorios, el uso de carteras y cintos se mantuvo.
Hay que destacar que la moda de esos años absorbió las influencias de algunos géneros musicales. Se puede advertir que el estilo Grunge, cuyo principal exponente fue Kurt Cobain, del grupo “Nirvana”, se hacía sentir sobre todo en Norteamérica, con pantalones desgastados y camisas a cuadros. El Rap también aportó lo suyo con pantalones y remeras sueltas, además de las características gorras de visera.
En los 90, la moda se volvió casual. La moda de los 90 se basaba en la variedad y no en una tendencia específica y duradera. La moda de 1990 se trata de ponerse lo que te haga sentir cómodo, sin darle mucha importancia a la opinión de los demás o a las tendencias. aunque suene irónico, si te producías mucho o usabas mucho maquillaje, estabas fuera de moda. Hombres y mujeres preferían el cabello largo y natural, aunque los productos para el cabello, como el spray y el gel, aún eran muy comunes. El pelo largo era algo muy característico en los hombres en los 90. Con respecto a los peinados femeninos, una de las estrellas de los 90 con mayor influencia en este campo fue Jennifer Anniston, uno de los personajes de la serie televisiva “Friends”.
Los 90 nos ha proporcionado muchos estilos de moda excéntricos. Entre ellos encontramos la ropa color neón Las prendas de colores neón también estaban asociadas con la playa, el surf y la diversión. El secreto sobre esta tendencia en la vestimenta de 1990 estaba en ponerse colores que no combinan. Rosa y celeste, verde y naranja eran las posibles combinaciones que lucían extremadamente modernas. Los jóvenes caminaban por la calle con pantalones anchísimos que mostraban su ropa interior, zapatillas enormes, bandanas y gorras, y generalmente un skateboead y un walkman en la mano. Esta tendencia fue muy popular a principio de los 90 y todavía está de moda.
MODA DE LOS 80
Son muchos
los detalles que nos permiten caracterizar o recordar la moda de
1980, que recordaba un estilo de vida individual y colectiva, un mundo que a
veces nos llena de nostalgia y otras veces de cierta vergüenza pero con muchos
toques de risa.
El estilo
de los años 80 impactaba por los colores que eran muy variados,
accesorios y sobre todo los peinados. Los trajes más emblemáticos de la década
fueron las remeras holgadas y coloridas, frecuentemente estampadas y con
grandes hombreras, también los pantalones ajustados, los chalecos, las faldas
rectas y minifaldas.
Se
utilizaron mucho los chapitas con logotipos o imágenes alusivas de
grupos como Pink Floyd, The Police, B`52, De peche Mode, entre otros, las
cuales se llevaban puestas en bolsos, franelas o en unas gorras Vans.
Las mujeres
se ponían zapatos de tacón alto y usaban cantidades de pulseras.
Los peinados
abundaban en rulos y flequillos, el maquillaje era recargado. Los
pantalones vaqueros o Jean, también fueron protagonistas debido a que los
tratamientos de pre-lavado los hacían lucir decolorados y chic.
La
lencería iba adquiriendo también un lugar importante en la moda.
El
estilo Punk influía en los varones con el uso de aros y el género
musical New Wave glorificaba los brazaletes de cuero y las tachuelas.

Algunos de
los famosos como Madonna impusieron su estilo con medias de
red, leggings, tops, crucifijos, guantes sin dedos y cadenas de strass. Michael
Jackson popularizó las chaquetas y los pantalones de cuero.
IVAN AUGUSTO CORTES
¿Qué relación tiene usted con el
mundo del Diseño?
Relación como editor de
una revista, como promotor del diseño, como crítico y como historiador.
¿Desde hace cuánto tiempo que trabaja
en el sector?
16 años.
¿Cómo es su visión del Diseño en
Colombia?
El diseño colombiano
vive una paradoja: un gran boom de la profesión por su demanda en las
universidades versus la baja contratación inhouse de diseñadores en la industria.
Desde otra perspectiva, existe un gran talento y un aumento en la especialización
en las diversas áreas de trabajo.
¿Cuáles son las acciones que viene
desarrollando su país con referencia al Diseño en los diferentes sectores?
Hay acciones muy heterogéneas
y particulares según el sector del diseño porque no existe un gran gremio que
agrupe a los diseñadores. Así, hay eventos, ferias y congresos sectoriales por
lo general de tamaño reducido o de alcance apenas local.
¿Cómo es el mercado local? ¿Cuál es
el sector de diseño que está más desarrollado?
Es una pregunta muy
compleja de responder porque al igual que en otros países los mercados locales
son enormes, heterogéneos y dependen de muchos factores demográficos. A nivel
general el sector más desarrollado del diseño es el gráfico. A nivel más
particular probablemente el pop, el mobiliario, la joyería contemporánea y la animación
digital.
¿Exportan diseño, a donde y qué tipo
de servicios brindan?
También es una pregunta
demasiado amplia por la gran variedad de sectores de diseño que existen pero
podría resaltar el crecimiento de la exportación de sectores relacionados con
las nuevas tecnologías: animación digital y aplicaciones.
¿Está posicionado su país como
referente de Diseño frente al resto del mundo?
A nivel mundial no. A
nivel latinoamericano hay cierto nivel de liderazgo en sectores como el mobiliario
para oficina, la joyería, el diseño de modas y los proyectos que vinculan el
diseño con la artesanía.
¿Cuáles son las políticas públicas y
privadas para apoyar a la industria de Diseño?
Las políticas en ese
sentido son nulas. Hay un resurgimiento de un Sistema Nacional de Diseño con un
presupuesto tan minúsculo que no alcanza a hacerlo relevante.
¿Con referencia a la propiedad
intelectual, se protegen los diseños? ¿Por qué sí o por qué no?
Es un tema burocrático,
monetario o de desconocimiento de los diseñadores y/o empresas Las grandes empresas
si protegen sus diseños. Las pequeñas no, o utilizan estrategias alternativas
para evitar ser afectados.
¿Cuál es el costo de proteger una
marca, de presentar una patente, del derecho de autor?
Entiendo que el costo
administrativo de registro de una marca está alrededor de los 400 dólares. Habría
que sumar los honorarios de abogados que dependen de muchas circunstancias.
¿Cuáles son las temáticas recurrentes
en las que el Diseño trabaja hoy en día?
Sostenibilidad, nuevas
tecnologías, movilidad, responsabilidad social, copyleft.
¿Cuál es la respuesta de los
diseñadores de trabajar en diseños sostenibles, de vulnerabilidad social?
Usualmente dependen de
convocatorias específicas o proyectos preestablecidos pero no como políticas
públicas o privadas.
¿Qué opinión le merece el “Diseño de
autor”?
El “diseño de autor”
desdibuja un poco el objetivo del diseño y lo acerca más a un concepto artístico
o en otros casos, da preponderancia a lo comercial sobre el diseño mismo.
¿Cuáles son los proyectos que
actualmente está trabajando?
Estamos replanteando
nuestra estrategia web con un nuevo proyecto que saldrá al aire en unos meses,
también estamos preparando un evento iberoamericano sobre interiorismo y
estamos rediseñando la visión de empresa antes los cambios tan drásticos que se
están dando en nuestro mercado.
¿Cuáles son los proyectos de Diseño
en los cuales les gustaría estar involucrado?
Diseño de convocatorias
y concursos, organización de eventos especializados, proyectos de ciudad y diseño,
consultorías a nivel de políticas de diseño.
¿Cómo es la formación de los
diseñadores en Colombia?
Es una formación de alta
calidad que podría ser muy atractiva para enfocarse a un mercado internacional
pero el crecimiento de la demanda interna lo impide.
¿Cuáles son los ejes temáticos de la
enseñanza?
Sostenibilidad,
permeabilidad de lo tecnológico, cambio de paradigmas clásicos por la
desaparición de fronteras entre los conceptos.
ALEJANDRO PAUL, DISEÑO TIPOGRAFICO
¿Cómo nace Sudtipos de
la mano de sus otros cofundadores Ariel Garófalo, Claudio Pousada y Diego
Giaccone?
Sudtipos es un colectivo de personas afines a la
tipografía. Nace como un espacio de diálogo y para poder canalizar el amor por
la tipografía de cada uno de nosotros. Nos conocimos en un evento de tipografía
que se celebró en Buenos Aires en 2001 y que fue un poco el disparador de la
tipografía en la región o al menos un lugar donde nos vinculamos. Hoy Sudtipos
cuenta con más de 20 diseñadores en su colección.
¿Cuál es su filosofía
como empresa o estudio?
Crear tipografías de calidad que respondan a necesidades
reales de mercado y del diseñador gráfico en particular.
¿De dónde viene la
pasión por la tipografía?
En mi caso de la necesidad de diferenciar a las
marcas y de entender que cuando reconozco un buen diseño en general es porque
la tipografía está bien empleada.
¿Cómo se inspiran para
crearlas?, ¿El diseñador tiene que tener un “talento especial”?
Me inspiro con libros antiguos, grafitis,
tatuajes, etc. No se si es un talento especial pero sí una necesidad de
superarse cada día.
¿Las realizan por
encargo a clientes o sólo las crean y las ponen a disposición?
Ambas. El trabajo diario es crear colección propia
y el trabajo deseado es que me llamen clientes para desarrollarles una
tipografía o un lettering.
¿Trabajan localmente
y/o exportan también servicios de diseño?
Principalmente con el exterior. La cultura de
pagar por las licencias en Latinoamérica es algo que estamos tratando de
concientizar. Creemos que un diseñador que no paga por los recursos que utiliza
con sus clientes es un pésimo diseñador ya que lo está engañando y le cobra.
¿Cuáles son las
últimas innovaciones con respecto a tipografías?
El último
gran hit son las webfonts.
¿Qué opinión le
merecen las tipografías ‘ecológicas “como Eco Font?
Eco Font fue puro marketing, hay otras formas mejores
de ahorrar tinta desde el diseño de las tipos.
¿Cómo ve a la Argentina con respecto a otros países en las
creaciones de tipografías?
Es un momento muy productivo. La creación de la
Carrera de Diseño Tipográfico que ya tiene 20 egresados lo certifica.
¿Qué piensa acerca de
las tipografías deben ser de uso libre o deben pagarse? ¿Sus fonts a cual
corresponde?
Las
nuestras se pagan. No tengo nada contra la creación de tipografías gratuitas si
tienen un estandar de calidad.
¿Qué hace que una tipografía perdure
con los años ejemplo la helvética (creada en 1957) o alguna que Uds. hayan
diseñado y usado sin parar?
La
referencia del mercado. En el caso de Burgues Script o Compendium notamos que
el mercado de invitaciones, etc. ha tenido un renacer y las ha adoptado. Lo
mismo sucede con Mal Beck o Brisa en el rubro del packaging.
Si tuviera que elegir una tipografía
favorita ¿Cual seria y por qué?
Bickham
Script entre las ajenas por su historia y por la calidad de quien la revivió.
¿Cuál de los fonts creados les ha
dado más satisfacción y cuáles ha sorprendido por la respuesta del público
consumidor?
Burgues
Script por los premios y por la multiplicidad de usos. Desde el logo de una
línea de LEVIs hasta tatuajes.
¿Qué proyectos son lo que actualmente
está trabajando?
Siempre
trabajo en 4 o 5 nuevos proyectos muy variados. Uno de ellos es una caligrafía del
siglo XVII.
Una herencia
De
mi madre. Trabajar duro a pesar de las circunstancias.
Tres sueños a cumplir
Vivir
80 años, vivir 90, vivir 100.
EL MUNDO DE LA INDUMENTARIA
Según la
visión de Andrea Saltzman
Contanos cómo te relacionas con el
mundo de la moda y desde cuándo ?
No
me siento especialmente relacionada al mundo de la moda. Sino más bien al
cuerpo, al espacio y a la vestimenta. La
moda es un sistema que no solamente comprende al tema de la vestimenta, sino
que también atañe a los objetos, las comidas, los lugares, los
restaurantes, las películas, la música,
etc. La moda refiere a una situación cíclica de ciertas manifestaciones que aparecen como novedosas y
que luego se vuelven masivas llegando a un estado de saturación que anticipan
su muerte y el surgimiento de una nueva moda. Es erróneo hablar de moda como
sinónimo de vestimenta. El diseño de vestimenta es una cuestión más amplia que sobrepasa
la moda. Entiendo al vestido como una
piel social que amortigua al cuerpo en las diversas circunstancias de la
vida cotidiana. Esa construcción está
atravesada por muchas más variantes que el sistema de la moda.
Según tu perfil, venís de la danza
moderna, la plástica y la arquitectura. ¿Cómo te ayudó esto a vincularte con la
moda, qué puntos en común encontraste?
La
danza fue mi primer acercamiento al cuerpo y al espacio. En la danza cuerpo y
espacio constituyen una unidad. Tu cuerpo es la puerta para percibir el mundo y
la expresión del mismo.
La
plástica trabaja con otro nivel de huella y representación. Acá la huella no es
efímera como en la danza. Se trabaja sobre el registro y la materialidad. Por
lo menos en ese modo que tuve de
incursionar en esta disciplina a través de la pintura. La arquitectura me
sumergió en un espacio dimensional y desde aquí en el conflicto de la dualidad.
Quizás
uno comienza a aprender separando las cosas y con el tiempo el aprendizaje y el
descubrimiento pasan por entramar y unir.
Justamente
el diseño de indumentaria fue la puerta para unir esos mundos que tenia disociados. Que tensionaban entre sí.
Pienso que el conflicto es una puerta interesante para comenzar a construir
algo nuevo. Esa tensión te moviliza para ubicarte en otro lugar diferente al que
aprendiste.
¿Qué ves y qué buscas al observar
diseño de Indumentaria? Como curadora, ¿Qué hace la diferencia, cual es
el “toque Saltzman” al realizar Muestras, Desfiles, etc.?
Al
ver diseño de indumentaria busco esa mirada peculiar de cómo interpretar el
mundo. Me interesa la materialidad pero por sobre todas las cosas la
manifestación en el cuerpo.
La
vestimenta induce al gesto, a un modo de ser y desempeñarse en el mundo. Pero
también esa materialidad habla de un gesto en el hacer y dejar huella, allí
también el sujeto se manifiesta
corporalmente. Es un fuerte relato cultural. Siempre existe un correlato entre
la manera de hacer y de vestir. Siempre existe una relación entre el gesto y el vestido que habla de
escena y de personajes de un modo de concebir la sociedad.
Con
respecto a las curadurías. Se asocian a esta mirada. Mi pensamiento siempre
gira en torno al cuerpo. Un cuerpo que es sujeto y especialidad. Un cuerpo que
es reflejo del modo de percibir el mundo. Un cuerpo que es social y desde
allí, una exploración de la sociedad y
la cultura.
Actualmente, ¿Cuáles son los proyectos
que están trabajando?.¿Qué cosas te inspiran?
A
mi me gusta trabajar en muchas cosas a la vez.
El
tema de la cátedra y el trabajo con los docentes y los alumnos es un tema
central en mi vida, un lugar de profunda
investigación.
Me
interesa especialmente el proceso
proyectual y abordarlo desde el pensamiento metafórico. Estoy trabajando con bailarines en la
relación cuerpo, vestimenta, espacio. Desarrollando mi tesis que tiene que ver
con esto y entendiendo al diseño desde el concepto de piel. Ese lugar de
interacción y movilización entre el individuo y el mundo.
En
este momento estoy dirigiendo la Carrera de Diseño de Indumentaria en la UBA.
La idea es producir entramados con los diferentes sectores para poner en valor
la tarea de diseño.
Creo
que en relación a la disciplina estamos en una nueva etapa. En los comienzos,
en el año 1989 teníamos que demostrar que éramos capaces de generar diseño y
esta fue una tarea ardua. Por aquel entonces se pensaba que las ideas venían de
Europa y bastaba con viajar un par de veces al año para generar las
colecciones. La tarea de los egresados fue clave para posicionar el diseño.
Pero hoy necesitamos vincularnos más a la industria. Que el diseño se entienda como un trabajo
conjunto en el desarrollo y exploración de productos para mejorar la calidad de vida.
El
tema ambiental es muy complejo y el diseño es una herramienta fundamental para
los nuevos desafíos. Pero en el imaginario todavía está más asociado al
marketing como cuestión de difusión, que
por su capacidad de brindar nuevas soluciones más acordes a nuestra situación de vida.
¿Qué características tiene en consumidor de moda
argentino, qué busca aquí que no encuentra en otra parte?
Creo
que el producto argentino es cada vez más reconocible. Se busca originalidad
pero también una manera de vivir. Si se mira la generalidad la tendencia lleva
a pensar que la manera de vestir es cada vez más cómoda y práctica. Lo digo más
allá de los eventuales zapatos
altos. Lo interesante que
aportaron los diseñadores de vanguardia en el mercado fue la diversidad de propuestas
y hacia esa dirección se van orientando las marcas. Recuerdo que cuando
comenzamos con la carrera conseguir algo fuera de la silueta y el color de la
tendencia era imposible.
¿Las tendencias se inventan, son un producto de
marketing o son una respuesta a la necesidad del consumidor?
Las
tendencias en general tienen que ver con situaciones que anclan en la sociedad
y la cultura. Por supuesto que la publicidad las empuja. Pero tienen una lógica. Cuanto más fuerte es esa
lógica más se afianzan en el tiempo.
Responde
a muchas variables pero básicamente a un modo de prefigurar el mundo. Se
perciben en manifestaciones culturales,
políticas y sociales. En eventos, en la música, en
grupos que se hacen visibles y buscan su propia identidad, pero también
al desarrollo de materiales, tecnologías o incluso en carencias.
En este sentido pienso que dada la crisis ambiental, cada vez más van a
entrar en consideración situaciones tales como el mantenimiento de la ropa o la
cantidad y tipos de procesos. Creo que
en el futuro va a ser una variable en la carga impositiva el impacto ambiental
que plantea una prenda.
Es
interesante indagar en la tendencia porque la misma es una forma de prefigurar
el mundo, trae aparejado ideales deseos y fantasías de un momento determinado.
¿Qué diferencias ves en las tendencias de Argentina con
respecto al resto del mundo?
En
general en el resto del mundo occidental funcionan las grandes marcas manejadas
por enormes grupos financieros. Estas marcas tienden a producir fuera de su
territorio con mano de obra muy barata.
Y con un excesivo manejo de las áreas de marketing. Lo que lleva al desarrollo de
cierta uniformidad.
Los
lugares más caros del mundo están copados por marcas masivas y accesibles cuyos
costos de producción son casi nulos y se sostienen por la enorme producción.
Creo
que este panorama difiere del modelo Argentino. Nosotros tenemos un consumo
mucho menor. Nuestros gastos de producción son caros por lo tanto sólo podemos
competir con un producto diferenciado.
La Argentina es un territorio de una enorme producción cultural, teatro,
música, cine, arte y video.
Este
es un territorio que todavía sostiene diversidad de grupos culturales y saberes
artesanales. Creo que esa potencia cultural es y deberá ser el sello que nos
identifique.
A tu entender, ¿Cuáles son los eventos más destacados
en el mundo de la moda y por qué?
Todo
lo que se vuelve repetitivo y mecánico pierde potencia. Creo que lo que mueve al mundo de la
moda no son eventos de la moda en
particular. Diría que la crisis europea,
los movimientos juveniles, la crisis ambiental son más relevantes que eventos
de la moda en particular.
La
fotografía, el arte digital, las bienales de arte son grandes usinas de la
moda.
Un proyecto que te gustaría concretar
Tengo
un proyecto en la cabeza hace mucho tiempo, con los trajes de movimiento. Me
gustaría armar una puesta en la que esos trajes fueran a la vez vestimenta y
escenografía y activar ese espacio con diferentes grupos de bailarines.
Con
un gran amigo y artista que vive en Berlín, Edgardo Rudnitzki tenemos un
proyecto de hacerlos sonoros. Pero debería buscarme una beca o algún tipo de
financiamiento y hoy estoy con un día a día muy intenso. Pero sé que lo voy a
hacer.
Un deseo personal
Tengo
muchos deseos. El diseño se mueve desde el deseo y la imaginación. Me imagino
un mundo más comunitario.
El traje en peligro de extinción
Es muy común escuchar que el traje sólo se usa para las reuniones
especiales y que las empresas, a partir del nuevo milenio adoptaron la ropa
casual y cada día hay menos sastres/as, son menos visibles en el mercado, y el oficio
tiende a desaparecer. Lo cierto es que en los últimos 20 años se ha producido
un gran cambio en la forma de vestir de los varones y para muchos ya no es indispensable
como vestimenta de trabajo, ni para empresas o entidades como para personal jerárquico,
diplomáticos, la realeza y los funcionarios de estado, los políticos y los
académicos. Susana Speroni, que fuera Directora del Museo Nacional del Traje
sostiene que:
Los hombres ya no se sienten cómodos en traje. En los años 50, era
impensable ir a trabajar sin corbata. El traje era toda una institución dentro
de la sociedad argentina, sinónimo de trabajo y seriedad. Y aunque en los 70 se
introdujeron algunos cambios, así continuó hasta finales de los 90. Entonces
comenzó a modificarse el look masculino y lo útil y cómodo se impuso a lo
elegante (www.elpais.com.uy, 2005, octubre).
Afirma que lo que ocurre es que el hombre de los años 2000 dejó de
sentirse a gusto con aquella prenda que impuso Luis XIV a las tropas
mercenarias que había contratado en Croacia: la cravatte, es decir, la corbata.
De hecho el estar vestido con un traje condiciona la conducta y
seguramente se pensará dos veces el ponerse molesto ya que eso estropearía el
saco si el sujeto entablara una discusión
violenta a golpes de puño, muy común en los lugares de recreación, en
los que justamente se abandonó el uso del traje.
Respecto a saber si el consumo del traje ha disminuido, para hacer un
diagnóstico, basta pararse en una arteria clave de Buenos Aires y recorrer las
calles del microcentro porteño para comprobarlo: los hombres visten camisas de
vestir con jean y sacos de corderoy o cuero; pantalones pinzados con remeras
polo y suéteres de hilo, la relación entre los hombres de traje y los cultores
del casual es de uno a uno. Si se compara esa escena con una fotografía tomada
en la misma esquina hace 20 años, las diferencias se hacen todavía más evidentes.
Casi la totalidad de los hombres iban al centro vestidos de traje. Lo que sí es
cierto, es que quien tiene por costumbre hacerse trajes a medida y puede
costearlo, sigue haciéndose ropa a la medida con su sastre.
La globalización y la industria, nos alzó a un punto de elite y redujo
el consumo a unos pocos clientes pudientes. El cambio fue tan profundo que
incluso casas que tradicionalmente se dedicaban a la venta de trajes debieron
ampliar la gama de su oferta de sacos informales y cambiar a conjuntos sport,
lo que amplió enormemente los guardarropas de los años 90 en adelante.
Los especialistas en sociología de la moda coinciden en que el traje se
está convirtiendo en una prenda para ocasiones especiales. Una mutación más
que, sin duda, no será la última.
Si analizamos las estadísticas, podemos comprobar esta afirmación, pues
a principio de este nuevo milenio, se publicó un trabajo realizado por la CAI
–Cámara Argentina de la Indumentaria–, que refleja que solo el 7 % de los
argentinos adquiere prendas de contenido formal (es decir, de los casi 17
millones de clientes que tiene este mercado solo 1.154.485 son compradores de
trajes), y a las claras está, que una ciudad como Buenos Aires hoy tenga tan
pocos hombres vestidos de traje a diferencia de lo observable en otras ciudades
de América, donde sigue prevaleciendo esta costumbre.
Las estadísticas del sector señalan también que los argentinos son
grandes consumidores de ropa: cada año se compran 6,300 kilos de prendas per
cápita. La última encuesta de gasto de los hogares que hizo el INDEC 6 señala
que los argentinos usan el 7,2% de su presupuesto personal en indumentaria: el
4,6% en ropa, el 2,1% en calzado y un 0,5% en arreglos. Si se compara con otros
rubros, surge que se gasta más en vestimenta que en equipamiento y
funcionamiento del hogar (6,7%) e incluso que en agua y electricidad (3,45%).
En el 2010, el ámbito textil registró récord de producción, según el
informe del Ministerio de Industria. El nivel de actividad avanzó un 16% y, de
esta manera, acumula desde 2003 un aumento del 143 % y las exportaciones
crecieron un 41,5 %. El sector textil tiene presentados 12 proyectos (4 de ellos
ya fueron aprobados) para acceder a los préstamos del Fondo del Bicentenario,
destinados a ampliaciones y construcciones de plantas fabriles, incorporación
de maquinaria y desarrollo de nuevos productos con valor agregado, que
generarán más de 730 puestos de trabajo. Esto confirma que la Moda genera
empleo y brinda oportunidades de crecer.
Débora Giorgi (2011), al frente
de la cartera industrial, especificó que: -“Mientras que en los 90 se destruían
empresas y puestos de trabajo, hoy tenemos una industria textil fuerte, que
crece de manera sostenida, con producciones que agregan valor nacional y
aportan calidad y diseño argentino” (www.lanacion.com.ar, 2011).
Sumado a estas observaciones es bueno decir también que la fabricación
de calzado en Argentina viene en ascenso desde 2002 y en 2010 esa tendencia se
consolidó, de acuerdo a lo que comunicó la Cámara de la Industria del Calzado
(CIC), que afirma también que en los últimos 12 meses se produjeron 105
millones de pares de calzado en territorio nacional, lo que marca un
crecimiento de 10 millones de pares si se traza una comparación interanual.
Otro índice de crecimiento que el sector textil experimentó en 2010 es que las
importaciones de bienes de capital, piezas y accesorios destinados a aumentar
la capacidad de producción aumentaron un 64% con respecto a 2009. De acuerdo a
datos aportados por la Fundación Pro-Tejer, el total de los bienes importados,
sumado al costo de la nacionalización y puesta en marcha de esa maquinaria,
estima una inversión total de 844 millones de pesos. A tal punto es importante
el sector textil en la producción que: -“El desarrollo del mercado interno ha
sido una importante plataforma para mejorar la competitividad y la inserción
externa, elevando las exportaciones de productos textiles y confecciones”
sostiene el ministerio de industria, que difundió en los medios que se está
instrumentando una fuerte política de resguardo de la producción nacional,
promoviendo acuerdos bilaterales entre privados y medidas antidumping, de
salvaguardia y derechos compensatorios en los casos en los que la producción se
enfrente a importaciones que no respetan las reglas del comercio, por eso fue
reforzado el monitoreo del comercio en aquellos eslabones de la cadena cuya
producción local se vea amenazada por el ingreso masivo de importaciones.
Una medida que es importante no desconocer es que se estableció la
prohibición a la importación para consumo de ropa usada, exceptuando a aquellas
que provengan de donaciones, por un plazo de cinco años. Además, el Ministerio
de Industria administra Licencias No Automáticas (LNA) sobre unas 150
posiciones arancelarias sobre productos terminados y otras 87 posiciones sobre
hilados y tejidos, con el objetivo de fomentar la producción nacional y la defensa
del trabajo argentino
El decreto 2112/2010, fue publicado en el Boletín Oficial y tendrá una
vigencia de 5 años y se trata de una herramienta más para fomentar la
producción nacional y la defensa del trabajo argentino.
Desde la Federación de la Industria Textil Argentina (FITA) a este
respecto, señalaron que - “esta es una buena noticia porque evita la entrada de
ropa usada a un país que viene demostrando un crecimiento en su demanda y
además impide que se importe como usada ropa de saldos de temporadas anteriores”
(www.sic.gob.ar, 2011).
Récord de
producción. Disponible en:
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1341319www.sic.gob.ar. Disponible
en:
http://www.sic.gob.ar/2011/01/se-restituye-prohibicion-de-importaciones-de-ropa-usada/
El consumismo y algunos números que refleja la industria de la moda
Un tema interesante de considerar es el consumismo en el ámbito de la
moda, y las estadísticas de este año que reflejan datos que sirven para una
evaluación de las cifras que moviliza el sector. En ese fantástico universo al
que la moda evocativamente nos convoca, un punto importante a analizar es el
factor económico y específicamente el consumo y sobre todo el asesoramiento que
brindamos a nuestros clientes, teniendo en cuenta la cadena de valor y el
sector productivo dependiendo de un apoyo concreto para su desarrollo y
crecimiento.
Muchas personas consumen más de lo necesario, mientras que otras no
tienen lo indispensable. Según el Papa Juan Pablo II, (quien ha sido
beatificado el 1 de mayo de 2011) el antídoto al consumismo es desarrollar la
vida interior. “Ante las insinuaciones de los valores efímeros del mundo
visible, que presenta un cierto tipo de comunicación mediática, es urgente
contraponer los valores duraderos del espíritu, que sólo se pueden alcanzar
recogiéndose en la propia interioridad a través de la contemplación y la
oración” (JPII, 7-V-03). Fuera de este contexto religioso que intenta volver a
los valores humanos en vez de profundizar la importancia de las modas, sin
lugar a dudas muestra que la indumentaria ejerce una influencia extraordinaria
en el ser humano y eso se debe a que puede atravesar los diferentes ámbitos y
conectarlos ya que involucra varios sectores y puede aportar a la solución y concientización
de las problemáticas que el mundo tiene, como el cuidado del medio ambiente, la
búsqueda de la paz, la lucha contra la pobreza y lo injusto (de hecho se
realizan desfiles a beneficio de personas de bajos recursos, o a favor de
entidades de bien público) e incluso constituye una manifestación clara del
pensamiento de generaciones o núcleos que se expresan a través de lo que usan,
consumen y proponen.
Los diseñadores jóvenes están tendiendo a observar las realidades de una
manera diferente, sobre todo este último tiempo en el cual se manifiestan
activamente, con otras miradas, y con un aporte de aire fresco buscando sus
propios espacios de expresión.
Nos encontramos entonces con un sector de la población que es consumidor
de diseño y comprador compulsivo de marcas, otro que por cultura y tradición
adopta cierto estilo de vida y por ende cierto grado de apego a atuendos más
formales o absolutamente innovadores para marcar tendencia, lo que se asocia
indudablemente con la obtención de cierta satisfacción en el acto de poseer un
bien que produce felicidad al ser exhibido frente a los demás.
La moda gira sobre un sistema económico montado en base a campañas
permanentes de consumo, con el cambio de cada temporada, incitando a la
renovación del guardarropas, promoviendo la adquisición de prendas como signo
de status dentro de los grupos sociales, incluso generando acumulación de
propuestas diferentes o modas parecidas pero con la idea de que siempre vuelve.
Esto genera una competitiva riqueza a nivel mercado pero el consumo a gran escala
afecta seriamente el equilibrio ecológico y también los recursos naturales, por
el uso de químicos, alto consumo eléctrico, y la problemática del trabajo
esclavo.
Verdaderamente esto también está signado por el mercado, ya que en
comparación con épocas pasadas donde el sastre era una industria, hoy en día
las cifras de producción no lo incluyen en la nómica de artículos más
consumidos.
Indudablemente el destierro del traje no es patrimonio argentino, sino
parte de una tendencia mundial que tuvo su epicentro en Nueva York en los 90
–cuando se empezaron a instaurar los viernes informales que en desmedro del
quehacer elegante se impuso en las empresas– lo que llevó a los sastres de
Nueva York, a instituir los dress up thursdays, para que los jueves los empleados
tuvieran que ir a trabajar de traje. Incluso en 2001 editaron la “Guía para
vestir con estilo profesional” de Judith Rasband, y ofrecían un asesoramiento a
los empleados que quisieran mejorar su imagen (Diario La Nación, 2005,
octubre).
La tendencia al abandono de la corbata también llegó a Oriente y una
sociedad conservadora como Tokio, está modificando sus costumbres impulsados
por el gobierno japonés, que persigue un ahorro energético con miras a cumplir
el Protocolo de Kyoto5 y eso hace que afecte también el ámbito del vestir.
Si hablamos de la sastrería actual, la moda sartorial persigue el objetivo
estético de enaltecer la figura humana y no sólo cubrir el cuerpo de tela,
aspira al refinamiento en busca de la belleza y la elegancia de quien porta una
prenda hecha a medida, pero su consumo realmente no es masivo sino todo lo
contrario, son pocos los que acuden al sastre.
La demanda se mantiene en las grandes ciudades, donde existen almacenes
o tiendas que incluyen un profesional sartorial que brinda justamente este
asesoramiento.
El punto aquí es, romper con las cadenas de la ignorancia y publicitar
más allá del boca a boca, la labor profesional del sastre/a y concientizar al
consumidor. Si no, ¿cómo puede saber el cliente, qué es bueno, si en toda su
vida no ha visto otra cosa que ropa de confección diseñada para un prototipo
explícito?
Aquí es donde planteamos la necesidad de educar al consumidor, de
explicarle el concepto de diseño y de creación para que sepa distinguir y
seleccionar lo mejor para sí.
Los grandes maestros sastres subsisten en los atelier de moda de
ciudades como Londres, Milán, Madrid, Berlín, Paris, Roma, Barcelona, y en
América Latina en ciudades capitales como Sao Paulo, Buenos Aires, Santiago, que
llevan la delantera y en países emergentes como Ecuador, Bolivia, Paraguay,
Colombia, Costa Rica, El Salvador, Perú incluso México, muchos jóvenes están
formándose potencialmente para ser la mano de obra de este siglo en este sector
productivo.
Las legendarias Sastrerías de Savile Row como Anderson & Sheppard
que viste al Príncipe Carlos, y Wilkinson & Sons que se fundó en 1662,
Roger & Co en 1774 y John Jones en 1827, siguen vivas a través del tiempo
como Poole & Co que llegó a emplear a más de trescientos sastres desde su
fundación en 1806. Hoy claramente la moda se sigue nutriendo de creaciones de
otra época y los cincuenta por ejemplo, retornan fuertemente con propuestas
renovadas en esta segunda década del nuevo siglo retomando la femineidad y
proponiendo para la moda masculina un estilo más dinámico, valorizando el buen
vestir. Ante esta tendencia creemos que con métodos de corte planteados para un
aprendizaje acondicionado a estos tiempos, en caso de iniciantes o estudiantes
de moda que profundizan en áreas de esta naturaleza, el adquirir nuevo
conocimiento y ampliarlo es más que significativo. Los oficios requieren
aprenderse in situ, ello le da la riqueza precisa a la labor ya que los
detalles pueden apreciarse y discutirse sobre la tarea misma y es allí en la
resolución de problemas donde se pone de manifiesto la aplicación del
conocimiento que se aprende y en la construcción de la pieza lograr así
resultados superadores en la creación que se está proponiendo.
Diario La
Nación, 3 de octubre de 2005. Disponible en: http://www.lanacion.com.ar/744224-los-sastres-estan-enojados
Refiriéndonos puntualmente a la estética sartorial
El arte de generar una prenda con el amor, el tiempo y el trabajo que se
dedica en la perfección del realizar un diseño a medida, que un sastre en su
taller despliega a la hora de modelar, cortar, coser, confeccionar y terminar
un traje, es la propuesta que este espacio desea brindar al lector para
rescatar sustancialmente la esencia del oficio.
Plasmar el diseño y hacerlo realidad depende de visualizar, pensar,
crear, transformar, adaptar e inventar la obra abstracta que permanece en
nuestra mente para ser liberada por nuestra mano y creada con inteligente gusto
y delicada estética a través de nuestro desempeño manual.
La sastrería desde sus orígenes ha demandado el conocimiento de muchas
disciplinas, ya que el sastre/sastra hacía y aún hace todo manualmente
brindando un servicio de alta calidad a una cartera de clientes cada vez más
exclusiva como demandante. Quienes valoramos el arte del vestir entendemos que
se hace preciso educar al consumidor para identificar la calidad y apreciar una
buena hechura.
Contribuir a la agudeza de los sentidos despertando en el observador el
poder de distinguir lo bello de lo común, y el trabajo manual del de confección
a través del tacto, permite hacer comparaciones. En el acto de mirar mirando,
cuando somos inducidos a ver con detenimiento los detalles, permite detectar
las distintas terminaciones que la sastrería propone en una prenda a la medida.
Por eso, el diseñador debe estar atento a estos conceptos al momento de
efectuar una línea e imponer nuevos estilos para realzar la elegancia y
prestancia de quien luce una prenda ya sea ésta a medida, o bien una línea de
moda de confección fina y de marca. Deberá identificar las mejores telas
(llamadas hoy telas inteligentes que brindan confort y bienestar con gustos de variada
paleta) y empezar a pensar no sólo en el diseño externo de la prenda sino en
las comodidades que un saco debe brindar al usuario/cliente, utilizando para su
confección los avíos adecuados. Se hace necesario que el diseñador/a pueda
conocer en detalle cómo se trabaja en un taller de sastrería de medida
comparado con la confección, y visualizar el trabajo manual que se realiza en
torno a un saco sastre (o sea una prenda sartorial). Esta experiencia sin lugar
a dudas es absolutamente enriquecedora para el aprendiz.
Crear trazos, generar líneas, y hacer bocetos que se cuelan en un papel
también nos responsabiliza con la sociedad a la que está destinado ese diseño,
y lo que intentamos mostrar debería ser acorde a una colección pensada para
cierto target y adaptable al cuerpo de la persona interesada en consumir ese
diseño, asumiendo el daño ecológico causado por los materiales utilizados como
las herramientas y maquinarias que son invertidas en la confección.
Desde las instituciones de moda a nivel nacional y desde Modelba
especialmente, nos preocupa la ligera utilización del small, medium y large
como talles de base para fabricar prendas, y las enfermedades acarreadas por
los cambios de peso y los trastornos psíquicos de nuestros adolescentes frente
a un modelo de individuo híper flaco y desgarbado. Y nos parece un avance importante
la legislación de ley de talles, para ampliar las vidrieras con ofertas que
incluyan en vez de excluir a personas obesas. Obesidad mórbida, que fuera en el
medioevo motivo de atracción hoy es un problema de salud que necesita ser
observado.
En enero de 2010 se promulgó la Ley de talles porteña, sancionada por la
Legislatura, y cuya norma exige justamente a todos los fabricantes y comerciantes
la existencia de ocho medidas que van del talle 36 al 50. Y evidentemente, un
estudio antropométrico se hace más que necesario para acompañar esta ley.
Estos temas han sido de interés en el tratamiento de la agenda del XX
Congreso Panamericano de Maestros Sastres y Profesionales de Alta Costura que
se llevó a cabo el pasado mes de octubre en Sao Paulo - Brasil, donde se
sentaron las bases para el Método Panamericano de Sastrería avalado por la
CONPANAC y la importancia del rescate y revalorización de los oficios.
Entendemos que es preciso empezar a llamar las cosas por su nombre, el
lenguaje de las formas no puede limitarse a la palabra recorte (tan difundida
hoy entre los estudiantes de indumentaria) las polleras son faldas que pueden
adoptar numerosas formas que han de ser descriptas de manera enriquecida, y si
del delantero del vestido parte una tabla encontrada que da amplitud a la
falda, es preciso saber y distinguir el cómo y por qué, lo mismo cuando
hablamos de un pliegue o de una pinza en un pantalón. Por esto, es necesaria
una formación profesional del diseñador enriquecida con la técnica que aporta
el oficio madre que dio origen a este conjunto de oportunidades llamado moda.
La apreciación estética conlleva a la comprensión del trabajo complejo y
a la vez diversificado que un sastre/a realiza teniendo en cuenta las
diferentes conformaciones físicas. El trabajo de un sastre va más allá de
diseñar, es crear una obra de arte que nace de sus manos para cobrar vida en un
cuerpo para el cual ha sido concebida.
Diario El
País Digital. Disponible en: http://www.elpais.com.uy/Suple/Empresario/07/10/05/elempre178130asp
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